A MI PATRIA AUSENTE
Presente estás en la memoria mía.
¡Oh patria de mi amor!
Albergue de pasados goces,
infinito raudal de inspiración.
Nunca pude olvidarte. En las borrascas
cruentas del dolor,
surgió a mi vista tu sereno cielo,
tus playas matizadas y tu sol.
Con mágico pincel el pensamiento
el cuadro delineó,
do vi agolpadas en tropel confuso
imágenes que guarda el corazón.
del tiempo que pasó,
sobrenadan, aún, cual en el piélago
llevada por el viento va la flor.
Memorias ora dulces, ora graves,
de luz, de inspiración,
do flotan los aplausos, las coronas
de perseguida gloria al resplandor.
¿Olvidarte pudiera, patria mía?
Si en mí vive tu amor,
como en el cielo la radiante estrella,
como en rosada nube el arrebol.
que te hizo el invasor,
cuando dormías descuidada y pura
sin tener asechanzas ni traición.
los mares del dolor,
muda estuvo la tierra, mudo el cielo,
los elementos sordos a tu voz.
¡Oh, pasadas memorias! ¿Quién pudiera
cual rauda exhalación,
apartarlas del alma donde viven,
la página arrancar que las guardó?
Y volver la mirada ya tranquila
hacia el naciente albor,
do otra vez luce la peruana enseña
que signo fue de libertad y unión.
Quiero mirarte coronada y grave
como en tiempo mejor,
cuando a la sombra de triunfante lauro
tu opresora cadena se rompió.
Quiero que cante la ventura tuya
la arrulladora voz
de los Palma, Cisneros, Juan de Arona
y otros mil que la fama coronó.
Quiero en la cumbre de la gloria verte,
patria del corazón;
y, entonces, ya feliz dormir el sueño
del que nunca el mortal se despertó.
(Carolina Freyre Arias)
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